
Los boleros que laboran en el primer cuadro de la ciudad, subsisten con unos cuantos pesos diarios, pues muchas personas que antes de la pandemia acudían a diario a lustrar sus zapatos, dejaron de lado esa costumbre, principalmente por temor a contagiarse de Covid-19.
Este viernes es distintos a otros fines de semana, pues a la falta de trabajo que han enfrentado los boleros desde hace más de año y medio, la temporada vacacional terminó con los pocos clientes que acudían.