Además de participar en la creación de la colonia Villahermosa, asesoró a campesinos para obtener derechos ejidales
Memorias de Chihuahua
Dentro de la historia moderna neocagrandense existe el nombre de una persona que logró perdurar en el tiempo gracias a la labor social que hizo en favor de aquellos que no tuvieron un hogar propio. Lo anterior conllevó a que se ganara el apoyo y cariño de la gente, mismo que no ha disminuido con el pasar de los años.
Actualmente existe una colonia y una escuela primaria que se llaman igual, siendo esto un claro ejemplo de que lo que él hizo quedó grabado en la memoria de buena parte de la población neocasagrandina que hoy en día vive en las colonias populares, estamos hablando de Juan José Salas Flores.
Juan José Salas Flores nació en el año de 1920 en Tepepan, ciudad de México; conforme fue creciendo, sus habilidades en la oratoria y liderazgo fueron notándose poco a poco, siendo estas mismas las que le permitirían lograr muchos de sus cometidos en los años posteriores.
Su historia en Nuevo Casas Grandes comenzó hacia 1950, cuando conoció a la madre de sus hijos en este mismo municipio. Para ese entonces el señor Juan José ya poseía un camino recorrido en el activismo social ya que pertenecía a la Unión General de Obreros y Campesinos.
Durante sus primeros años en la ciudad notó la constante migración de gente de otras partes aledañas a Nuevo Casas Grandes que se encontraban en búsqueda de mejores condiciones de vida. Lamentablemente muchas de estas de estas personas vivían en vecindarios los cuales poseían un costo considerable de alquiler y en condiciones de hacinamiento y suciedad. Fue en ese momento que Juan José Salas Flores decidió organizar a estos sectores para poder gestionar y obtener tierras para los trabajadores.
El caso más conocido fue el que dio origen a la colonia Villahermosa el 3 de junio de 1972, pues Juan José Salas y otros cientos de personas marcharon por las calles con el propósito de invadir un terreno que constaba de 176 hectáreas, ya que por medio de los trámites burocráticos no habían logrado nada.
Fue así que poco a poco la gente se fue haciendo de un espacio para vivir dignamente con su familia; no obstante, el trabajo no terminaba ahí, pues aun faltaba la instalación de los servicios básicos a todas las personas que ya se encontraban residiendo en ese lugar. Gracias al trabajo comunal de la gente fue que en 3 años todas las personas pudieron tener luz eléctrica y agua potable.
La labor de Juan José Salas Flores no terminó ahí, pues el siguió ayudando a aquellos que más lo necesitaban en otros lugares del estado y del país, tal es el caso del actual ejido Pancho Villa, en donde Juan José se en cargó de asesorar a los campesinos que no poseían tierras para que pudieran conseguir derechos ejidales; así mismo, estuvo recorriendo otros estados como lo fueron Durango y Chiapas en donde formó nuevas colonias.
El camino de Juan José Salas Flores terminó un 18 de enero de 1984 a causa de un infarto. No obstante, la estafeta sería tomada por su hijo Ricardo Salas Bencomo, y que bajo su liderazgo formó otras colonias populares entre las que se encuentran la CROC y la Juan José Salas Flores, esta última en memoria de aquel que siempre vio por las condiciones de sus semejantes.
Cabe agregar que en dichas colonias aun hay gente que recuerda lo sucedido, lo cual es una interesante veta para aquellos historiadores que se dedican a la historia oral e historia del tiempo presente.