The Hives declaran su amor por México en un íntimo frenesí en House of Vans

Mi sueño musical en la vida es ver algún día a Green Day como vi este sábado a The Hives, en un local pequeño, lleno hasta los topes y compartiendo banda y público una energía desbordante. Como si no les hubiera pesado lo más mínimo tocar en el Corona Capital el viernes, la banda sueca se presentó en el escenario como cualquiera que ya los hubiera visto en vivo sin duda esperaba: Entre gritos y declarando pronto sus intenciones de convertir el House of Vans en una sauna catártica.

Con el público ya tenso tras dos horas de espera y entusiasmado ante una de las mejores y mayores bandas que el proyecto de la famosa marca de tenis ha traído a la ciudad, el vocalista, Pelle Almqvist, declaró pronto su amor por México, saludando al respetable al grito de “¡chilangos!”, como si viniera de aprender lo fundamental del español mexicano mientras se echaba unos tacos al lado del metro Tacubaya.

El show, como ya hiciera el de la noche anterior a un público bastante más numeroso, arrancó con las notas de “Bogus Operandi”, uno de los temas más destacados de su nuevo y sorprendentemente excelente álbum, The Death of Randy Fitzsimmons, estrenado en agosto de este año.

Los gritos y empujones que le recordaban a cualquiera que estar atrás de todo en este show era lo mismo que estar en la sexta fila en un festival masivo solo crecieron cuando se sucedieron dos de los mayores éxitos del quinteto, “Main Offender” y “Walk, Idiot, Walk”