
La tarde de este jueves, Culiacán se convirtió en escenario de pánico luego de que se reportaran enfrentamientos entre civiles armados y elementos del Ejército.
Las actividades cotidianas de la ciudad se vieron gravemente alteradas por la violencia desatada, con bloqueos en la salida norte, específicamente a la altura del poblado El Limón de los Ramos, mientras que las comunidades de Jesús María y Mojolo se convirtieron en los puntos más conflictivos de los enfrentamientos.
En el centro de la capital sinaloense, la situación no fue diferente. Muchos camiones de transporte público tuvieron que desviar sus rutas o dejar de recoger pasajeros debido al peligro latente.
Óscar Sánchez Beltrán, presidente de la Unión de Locatarios del Centro de Culiacán, informó que los negocios cerraron sus puertas como medida de seguridad. «La gente está muy asustada, hay una psicosis en el centro», afirmó, señalando que el miedo se propagó rápidamente entre la población.