
A ocho meses del estallido del conflicto interno en el Cártel de Sinaloa, sus efectos colaterales comienzan a reflejarse no solo en la dinámica del crimen organizado, sino también en el incremento de delitos del fuero común, particularmente los que afectan a mujeres. La guerra entre facciones ha encarecido la operación del narco, lo que ha derivado en una diversificación de sus actividades ilícitas, como el robo de vehículos, el asalto a casas habitación y la extorsión, y esto se refleja en las estadísticas oficiales de la Fiscalía de Sinaloa.
David Saucedo, analista político y experto en temas de seguridad, señala que el crimen organizado requiere nuevos flujos de efectivo para financiar la guerra interna.
“El conflicto genera costos extraordinarios: se pagan más sobornos, se recluta a nuevos sicarios y se compran armas más sofisticadas. Para solventar estos gastos, los cárteles expanden su portafolio delictivo, incluso en actividades menos rentables pero más inmediatas”, explicó en una entrevista con El Sol de Sinaloa.
La estadística lo respalda. Según datos actualizados al 30 de abril de 2025 por la Fiscalía General del Estado, los casos de violencia familiar contra mujeres pasaron de 5,767 en 2024 a 1,792 tan solo en los primeros cuatro meses de este año, lo que proyecta un crecimiento preocupante si la tendencia se mantiene.
Del mismo modo, delitos como robo de vehículo han registrado un alto porcentaje de elevación, afectando principalmente a mujeres como víctimas colaterales del uso de estos automóviles en actividades delictivas.
Si continúa el ritmo actual, los casos de violencia familiar contra mujeres en Sinaloa superarán ampliamente los registros de 2024, advierte la Fiscalía General del Estado.
Saucedo subraya que muchos vehículos robados no son revendidos, sino utilizados directamente por los cárteles para transporte de armas o secuestros. Esto coincide con el incremento de robos a casa habitación, que ya suman 92 casos este 2025, de acuerdo con la Fiscalía. También se ha observado un repunte en delitos como fraude (141 casos), amenazas (512) y violación (96), todos con víctimas mayoritariamente femeninas.