
Prometía ser un partido parejo, en el que dos equipos buscarían aprovechar la derrota argentina en las horas de la mañana. Y las predicciones se cumplieron. México y Polonia se enfrentaron en un juego cerrado en el que ninguno de los dos pudo adelantarse en el marcador.
Algunas sillas vacías marcaban el panorama del estadio 974, en Doha. Una estructura con capacidad para 40.000 espectadores que obtuvo su nombre por la cantidad de contenedores de transporte marítimo con los que fue construido.
Pero a pesar de la ausencia de público, los gritos de la afición vestida de verde creaban la sensación de que México era el local. “Olé, olé” y estrofas del emblemático «Cielito lindo» se escuchaban desde las gradas. Unas arengas que fueron silenciadas cuando una intervención del VAR le indicó al árbitro del partido un penal a favor de Robert Lewandowski.
Pero el estadio se encendió de nuevo cuando Guillermo ‘Memo’ Ochoa atajó el cobro desde el punto penal del ‘9’ de los polacos. Un débil remate de Lewandowski al lado izquierdo del arco fue descifrado por el veterano portero, que arrebató el primer grito de gol polaco.
Al otro lado del terreno de juego, el arquero de la Juventus, Wojciech Szczęsny, también fue protagonista. El número ‘1’ del conjunto polaco reaccionó velozmente ante un fuerte remate del mediocampista Edson Álvarez pasados los 60 minutos del partido.
Polonia buscó cambiar el planteamiento de juego en la segunda mitad del encuentro. La entrada de Krystian Bielik por Nicola Zalewski pretendía darle más manejo del balón al conjunto vestido de blanco. Pero México truncó los planes de los dirigidos por Czeslaw Michniewicz. El ‘Tri’ continúo presionando y cortando el juego de los polacos.
Un mayor dinamismo marcó los últimos 45 minutos del partido. Ambos equipos buscaron acercarse a los arcos rivales. A pesar de ello, ninguno pudo concretar dejando el marcador sin goles y un Grupo C extremadamente apretado.