Alcaraz y Ruud, por trofeo de US Open y 1er sitio de ranking

Al observar la forma en que Carlos Alcaraz ha jugado en el Abierto de Estados Unidos, ha sido fácil olvidarse de pronto de que tiene apenas 19 años.
Puede hacer un disparo detrás de su espalda desde la línea de fondo —algo ya de por sí asombroso—, para recomponerse segundos después, atacar y realizar un winner con tiro de pase de derecha en un ángulo perfecto.

Es capaz de llegar a un drop shot del rival, correr hacia atrás para recuperar la siguiente pelota elevándola de espaldas a la red, encarrerarse para llegar a la cita con otra dejada y retroceder una vez más para deslizarse, retorciendo el cuerpo y recetar un winner de derecha sobre la línea.

Todo eso durante un mismo punto.

“Nunca doy una bola por perdida. Intento luchar cada punto y cada bola hasta que haya dado doble bote o lo tenga perdido”, recalcó el español. “Esos puntos me ayudan para venirme arriba, para sonreír, disfrutar del momento. A veces hay que hacer algo de magia”.

Alcaraz (3er preclasificado) ha hecho jugadas mágicas regularmente para llegar a la final de este domingo en el US Open, frente a Casper Ruud (5to).

El noruego de 23 años se juega mucho en el partido, al igual que Alcaraz. Ésta será la primera final de un torneo del Grand Slam entre dos jugadores que buscan su primer título de un major y el puesto de honor en el ranking de la ATP.

“Desde luego que habrá nervios”, reconoció Ruud. “Y los dos los sentiremos”.

Ruud probó ya un escenario de este tipo en junio, cuando llegó a la final del Abierto de Francia y la perdió frente al también campeón Rafael Nadal, quien ha sido monarca 14 veces ahí.

“Evidentemente me dio una paliza”, recordó Ruud, quien es entrenado por su padre, el extenista profesional Christian. “Después de la final, dije: ‘Si llego a otra, espero que no sea contra Rafa ni en Roland Garros, porque ésa es una misión imposible para cualquier jugador’. Me alegra que no sea contra Rafa en arcilla”.

Es un argumento válido. Pero superar a Alcaraz en el momento actual tampoco luce fácil.