Caye Casas y el cine de terror latino

Después de su exitoso paso por festivales, incluyendo la vigésima segunda edición del Macabro en la CDMX donde se alzó con el galardón al Premio del PúblicoLa Mesita del Comedor llega a salas mexicanas. Este es el segundo largometraje del catalán Caye Casas quien ahora está de regreso con un relato crudo e incómodo donde todo se detona a partir de un simple leit motif. En Crónica Escenario charlamos con el cineasta y guionista independiente acerca de su carrera, los retos de ser independiente y la “experiencia mesita” que ofrece su más reciente proyecto.

“Siempre había hecho cortos, pero al principio, cuando tenía unos 15 años o así, eran algo ultra amateur, súper cutres, los actores eran mi madre, mis amigos, en fin, cortos de mierda. Pero gracias a ellos, empecé a desarrollar lo que es el lenguaje cinematográfico, a aprender de los errores y sobre todo, a meterme en las venas las ganas de dirigir. Entonces empecé a ver por dónde podía intentar hacer conocidas mis historias hasta que ahora considero que el tema del cine es como una condena para mí, en el buen sentido y en el malo”, rememoró con cariño sus inicios Casas.

Desde sus pininos en el séptimo arte, hizo una dupla con Albert Pintó que dio mucho de que hablar. “Éramos vecinos, de casualidad nos conocimos, hablamos y descubrimos que él estaba estudiando en una de las escuelas más importantes que hay en España, y de las más caras también. Yo no estudié cine, me faltaba dinero para ello. Pero como yo tenía historias y él tenía el material técnico, decidimos unirnos y rodarlas. Así nacieron Nada S.A.RIP y luego Matar a Dios, donde nuestros caminos se separaron pues él se inclinó hacia lo más comercial y yo me quedé con mi cine independiente, low cost, y luchando, como siempre. Me he quedado como un outsider de proyectos hechos con muy poco dinero, pero con muchísima libertad”., afirmó Caye.