El Santo: Patrono omnipresente en 107 años dentro de la cultura popular mexicana

Se dice que los santos, aun naciendo bajo el pecado original, fueron seres que supieron vencer todas las adversidades (carnales incluidas) que se les presentaban durante su vida pre-glorificación. Por supuesto que la vida mortal del festejado en este texto dista mucho de ser así porque nunca tuvo la intención o tendencia de pertenecer al gremio clerical.

Sin embargo, el personaje creado a partir de su alter ego en la lucha libre mexicana, lo elevó a categoría de leyenda trascendiendo el espacio-tiempo de la idiosincrasia mexicana: Rodolfo Guzmán Huerta mejor conocido como Santo, el Enmascarado de Plata que nació un 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo.

LA ARENA ESTABA DE BOTE EN BOTE

Inquieto desde niño, Rodolfo practica varios deportes, pero no fue sino hasta mediados de los años 30 que se inclina hacía la lucha libre. En 1936 toma el personaje enmascarado de El Hombre Rojo ganando algunas peleas.

En la década de los 40 nace El Santo, tal como lo conocemos, de la mano de Jesús Lomelí con quién Rodolfo Guzmán ya llevaba relaciones profesionales en el medio de la lucha mexicana. Al ir ganando luchas, el Santo se vuelve arrogante, lo que, combinado con su natural personalidad taciturna lo convierten en el blanco de los demás luchadores que pretendían ganarle a como diera lugar.