
Aunque no todos los organismos funcionan igual, en distintas investigaciones se ha demostrado que las personas con cronotipo matutino —aquellas que tienden a despertarse y activarse temprano— suelen presentar mejores indicadores de salud física y mental, además de un mayor rendimiento académico y laboral.
En un estudio publicado por JAMA Psychiatry se reveló que las personas que se levantan temprano tienen un riesgo hasta un 23 % menor de padecer depresión, incluso cuando se controla por factores genéticos y de estilo de vida. La razón, explican los investigadores, está en la exposición temprana a la luz solar, que regula el reloj biológico y favorece la producción de serotonina.
Además, quienes madrugan tienden a tener una mayor estabilidad en su ritmo circadiano, lo que repercute en una mejor calidad de sueño, menor “jetlag social” (el desfase entre el reloj interno y los horarios sociales) y menor riesgo de obesidad. Así lo respalda un estudio de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, publicado en Current Biology, que encontró que las personas que duermen tarde y despiertan tarde presentan mayores alteraciones metabólicas.
En el ámbito del rendimiento cognitivo y académico, una revisión meta-analítica publicada en Learning and Individual Differences confirmó que los cronotipos matutinos tienen una ventaja en tareas que requieren memoria de trabajo, atención sostenida y organización, especialmente en contextos educativos.
Además, quienes madrugan tienden a tener una mayor estabilidad en su ritmo circadiano, lo que repercute en una mejor calidad de sueño, menor “jetlag social” (el desfase entre el reloj interno y los horarios sociales) y menor riesgo de obesidad. Así lo respalda un estudio de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, publicado en Current Biology, que encontró que las personas que duermen tarde y despiertan tarde presentan mayores alteraciones metabólicas.
En el ámbito del rendimiento cognitivo y académico, una revisión meta-analítica publicada en Learning and Individual Differences confirmó que los cronotipos matutinos tienen una ventaja en tareas que requieren memoria de trabajo, atención sostenida y organización, especialmente en contextos educativos.
Eso sí, los expertos también advierten que la calidad del sueño es más importante que la hora de levantarse. Lo ideal es lograr un horario regular de descanso, adaptado al estilo de vida individual, pero en armonía con los ciclos de luz natural.
Así que sí, madrugar cuesta… pero también vale la pena. Ya sea para tener más claridad mental, mejorar el ánimo o simplemente ganarle unas horas al día, la ciencia respalda que levantarse temprano puede hacer una gran diferencia. Y aunque no se trata de forzarse a ser “mañanero” de la noche a la mañana, tal vez empezar por apagar el celular un poco antes y dejar que el sol te despierte, no suene tan mal.