Frank Caprio, amable juez y estrella de la televisión, muere a los 88 años

Frank Caprio, juez municipal en Providence, Rhode Island, magistrado que ejemplificó la empatía en los tribunales y llegó a ser conocido más allá de las fronteras del estado por su programa de televisión sindicado a nivel nacional en Estados Unidos, murió. Tenía 88 años.

La causa fue un cáncer de páncreas, anunció su familia en un comunicado, en el que no se decía cuándo ni dónde había fallecido. Se jubiló del Tribunal Municipal de Providence en 2023, tras casi 40 años en el estrado.

Caprio decía que su tribunal era “donde la gente y los casos se abordaban con amabilidad y compasión”. Esa actitud contrastaba con otros jueces de la televisión que mostraban una disposición más severa con los acusados.

Su programa de televisión, Caught in Providence, o Atrapado en Providence, de la cadena Law & Crime, fue lo que lo llevó a la fama. Los fragmentos del programa tienen más de 800 millones de visitas combinadas en su canal de YouTube.

El programa retransmitía procesos judiciales reales por infracciones de tráfico, asuntos de vivienda y zonificación y delitos menores en el interior de un tribunal municipal. Empezó a emitirse por cable de acceso público en Providence en 1988. Fue producido por el hermano de Caprio, Joseph. A finales de la década de 2010, unas 200 emisoras de todo Estados Unidos emitían el programa.

“Nos diferenciamos de cualquier otra producción judicial porque mostramos procesos reales en tiempo real”, dijo en 2019. “Todo es espontáneo, y quien comparece debe acatar la sentencia”.

En un fragmento muy popular del programa, Caprio desestimó una acusación de exceso de velocidad contra un hombre de 96 años tras enterarse de que había estado llevando a su hijo a un tratamiento contra el cáncer.

“Tú eres realmente lo que es Estados Unidos”, dijo el juez Caprio al hombre. “Aquí estás, con 90 años, y sigues cuidando de tu familia. Es algo maravilloso”.

Caprio viajaba mucho para dar discursos y reunirse con sus admiradores. De forma un tanto improbable, su tribunal municipal acabó siendo un destino turístico.

“El juez Caprio marcó la vida de millones de personas con su trabajo en los juzgados y fuera de ellos”, decía el mensaje de su familia en Facebook.

El juzgado de Caprio está en Federal Hill, un barrio que en la década de 1920 se convirtió en una de las comunidades italoamericanas más densamente pobladas del país. Nació en 1936, y era el segundo de los tres hijos varones de su madre, Filomena, y de su padre, Antonio, quien trabajaba como vendedor ambulante de fruta y lechero.

En una publicación del Providence College relató que recordaba cuando se acurrucaba con su familia en invierno “con la puerta del horno abierta para poder calentarnos”. En una de aquellas noches, dijo, su padre le dijo que algún día sería abogado.

“Mira a tu alrededor, si yo necesitara un abogado, no podría pagarlo”, relató que le dijo su padre. “Recuérdalo. Nunca puedes olvidar de dónde vienes”.

De niño, Caprio limpiaba zapatos, repartía periódicos y también trabajó en un camión de leche. Más tarde dijo que esta educación le dio la perspectiva empática que llevaba a su tribunal.

“Vi a mi padre levantarse todos los días a las 4 en punto para ir a trabajar”, dijo. “Nunca se quejaba”.

Caprio se graduó en la Providence Central High School, donde obtuvo un título estatal de lucha libre en 1953. Se graduó en el Providence College en 1958.

Trabajó como profesor de escuela pública en Providence, mientras asistía por las noches a la Facultad de Derecho de la Universidad de Suffolk, en Boston, para obtener el título en derecho. Al mismo tiempo, formó parte del Consejo Municipal de Providence a partir de 1962. Más tarde se postuló como candidato a fiscal general del estado.

Fue juez del Tribunal Municipal de Providence durante 38 años, y se jubiló en 2023.

“El juez Caprio no solo sirvió bien al público en su cargo, sino que tuvo una conexión significativa con la gente, que no podía evitar responder a su calidez y compasión”, dijo en un comunicado el gobernador de Rhode Island, Dan McKee.

“Era más que un jurista: era un símbolo de empatía en el estrado, que nos mostraba lo que es posible cuando la justicia se atempera con humanidad”.

McKee ordenó que todas las banderas estadounidenses y de Rhode Island de los organismos y edificios estatales ondearan a media asta hasta el entierro del juez Caprio.

A Caprio le sobreviven su esposa, Joyce Caprio, cinco hijos, siete nietos y dos bisnietos. Dos de sus hijos, Frank T. Caprio, extesorero del estado, y David A. Caprio, exrepresentante del estado, fueron funcionarios públicos en Rhode Island.