
El Gobierno de la India ordenó al Ejército disparar «en casos extremos» a los instigadores de la violencia en el estado nororiental de Manipur, el cual está sumido en conflictos étnicos, recogen medios locales. Hasta el momento las autoridades anunciaron la muerte de 54 personas, aunque se estima que ese número podría ser mayor.
Las autoridades impusieron un toque de queda, en la mayoría de la zona, así como la suspensión del servicio de internet y desplegaron a 10 mil soldados en labor de patrullaje, con la intensión de frena los disturbios.
Los episodios violentos se desataron luego de que una protesta provocara enfrentamientos entre la comunidad étnica meitei (en su mayoría hindúes y musulmanes), que vive en las llanuras, y los grupos tribales naga y kuki-zo (mayoritariamente cristianos), que tienen sus aldeas en las colinas.
Como consecuencia de los conflictos, decenas de iglesias y hogares han sido destruidos, atacados o incendiados.
Las autoridades reportaron que la situación en la capital de la zona, Imphal, se encuentra estable.